Hizo historia en el fútbol guatemalteco
Carlos Cavagnaro, el artífice
Por Hugo Castillo A.
Carlos Cavagnaro, técnico de la selección que ganó la medalla de bronce en Caracas 1983, habló ayer con Prensa Libre y, como siempre, fue directo y no evadió ninguna pregunta.
Veinticinco años después de ganar la medalla panamericana con Guatemala, ¿cuales son sus mejores recuerdos de esa hazaña?
El pueblo entero festejando en las calles en una movilización de masas solamente superada por las visita del Papa.
¿Cómo ganó Guatemala esa medalla?
Porque fallamos muchos goles, si no, nos colgamos el oro.
Esa selección tuvo problemas para viajar por cuestiones económicas, pero al final se ganó el corazón de la gente...
Claro, y yo doné un mes de sueldo y US$2 mil de mi bolsillo para pagar los pasajes, el resto se consiguió con dinero de una maratón televisiva.
A usted lo calificaban como buen motivador, pero también como un personaje polémico, ¿qué dificultades debió sortear para conformar ese equipo?
Todas, pero las vencí. Hubo que organizar, cambiar una generación de jugadores, también la mentalidad y, sobre todo, el temor al fracaso.
¿Cuál era su filosofía en el terreno de juego?
Como había sido en mi estadía anterior, cuando dirigí a una selección extraordinaria que ganaba, goleaba y gustaba.
¿Le gustaba más atacar o defender?
El equilibrio.
¿Qué jugadores le impresionaban en esa época?
Las dos veces que estuve, fabriqué jugadores de exportación y sería injusto destacar algunos.
¿Le ofrecieron dirigir a Guatemala en los últimos tiempos?
Desafortunadamente no y siempre fue mi sueño porque lo clasifiqué la primera vez, con un equipo espectacular y, la segunda, lo llevé a Venezuela y lo traje con esa presea.
¿Podría opinar acerca de la evolución que ha tenido el fútbol de Guatemala, a partir de la medalla panamericana?
Cuando estuve le hacíamos siete goles a Panamá y había dos de diferencia arriba con EE. UU. Se dio una involución a pesar que gastaron más dinero que todos los demás países centroamericanos juntos.
¿Cuál es la mayor debilidad de los jugadores guatemaltecos?
La falta de fe. La camada que dirigí entraba a la cancha ganando uno a cero. Hay que trabajarles más el alma que los pies.
¿Y la mayor debilidad de los dirigentes?
Trabajé con buenos dirigentes. A la distancia me parece que nunca le dieron continuidad a una planificación nacional.
¿Lo invitaron al homenaje que se llevará a cabo el miércoles (hoy) en Guatemala?
Me llegó un correo (el pasado lunes) informándome, pero no hay tiempo, si no, me pagaba el pasaje para festejar con ustedes y luego alentar a la selección como un guatemalteco más.